Alvaro López Gallero (Coordinador) *
Sylvia Hernández Camacho *
Patricia Barrios **
María Alejandra Camejo **
Ana Egaña **
Guillermo González **
Noel González **
Patricia Lepratti **
Ian Schou **
Silvia Silva **
Miriam Tiscornia **
Introducción
La ponencia es un avance de la investigación que ha motivado una revisión documental de antecedentes y fundamentos de los programas así como un gran número de entrevistas a directores, técnicos y empleados del Movimiento para Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural (MEVIR) y, fundamentalmente, entre pobladores de: Cardal (Florida); Guarapirú (Paysandú); Puntas de Valdés y Villa Rodríguez (San José); Isidoro Noblía, Frayle Muerto y Río Branco (Cerro Largo); Cerro Carmelo y Minuanos (Colonia). La proporción de la muestra aún incompleta no permite una presentación de porcentajes referidos a las respuestas obtenidas como expresión del universo considerado, sí el planteo de un conjunto de problemas. El contacto con las poblaciones, integró al tema a estudiantes del curso de Geografía de la Población.
Es manifiesto que el tema no sólo no había sido analizado a nivel académico donde no sólo es notoria la falta de manejo de información básica sino también que es omitido como elemento explicativo de fenómenos sociales de gran escala. A pesar de que se discrepe con la ejecución, la metodología, los criterios, las opciones realizadas por Mevir, es indudable que, al menos a escala local, de alguna forma ha incidido en un proceso de transformación de la distribución de la población del país, la cual está regida principalmente por aspectos económicos y sociales. Es interesante observar que las contradicciones políticas en la sociedad uruguaya han llevado a eludir el análisis profundo de planes y resultados: los defensores atendiendo solamente a los ángulos más publicitables y, en el campo opuesto, quienes ni siquiera la consideran porque condenan su origen y el continuado apoyo mantenido por todos los gobiernos nacionales. Más de 11.000 viviendas, ocupadas por más de 40.000 personas (Uruguay: 3:15) que integran unos 215 núcleos ubicados en más de 140 localidades en todos los departamentos del interior, parecen constituirse en elementos convincentes para no eludir su estudio.
Orígenes del movimiento
En el punto de partida, no se puede pasar por alto el rol protagónico del Dr. Alberto Gallinal Heber el estanciero y abogado poseedor del extenso establecimiento del paraje San Pedro del Timote, Florida, en las cercanías de Cerro Colorado. Su liderazgo unió su fuerte personalidad a su capacidad para fundamentar ideológicamente el movimiento -filosofía que aún hoy sus continuadores sostienen en la mayor parte de sus términos- contando con los recursos, los vínculos y el poder para realizarlo. Su planteo se realiza en una coyuntura de exacerbación de
las luchas sociales y de forma paralela a movimientos político y sindicales dirigidos en contra de lo que se consideraba la médula de la injusticia social en el país, la base del estancamiento productivo: la explotación latifundista extensiva y el consecuente rezago social.
Gallinal estaba entre aquellos que creían en una economía de mercado pero con empresarios que no escatimasen en la inversión productiva y adoptasen una política respetuosa de las normas laborales. La estancia de San Pedro del Timote era en aquel entonces la excepción y ejemplo para el sector agropecuario, con una extensión de praderas artificiales poco frecuente, con viviendas para los trabajadores rurales que nada tenían que ver con los precarios ranchos dominantes en el sector. La idea del movimiento apuntaba a la extensión del modelo a otras
partes del país. Quienes podían comprender la idea eran los propietarios rurales que se acercaban más a una visión cristiana y/o quienes estaban convencidos que los desniveles y la incomprensión social desembocarían en enfrentamientos potencialmente más perjudiciales. Esa visión supone una ética cristiana desde la cual se procura volcar una cuota de solidaridad social mas no la desaparición de las diferencias sociales. El estanciero es receptivo a solucionar los problemas de sus trabajadores, pero, de ninguna manera se propone modificar las relaciones
de producción. El origen es contemporáneo a la actuación del movimiento guerrillero básicamente urbano pero con una importante implantación entre los trabajadores rurales de Bella Unión. Entonces, había que acercarse más a quienes constituían el personal y su familia, los vecinos, la «gente de bien» que los rodeaba y a las que podría brindársele mejores condiciones de vida. En definitiva, el sistema podría continuar funcionando sin tropiezos si se produjese un encuentro constructivo entre sectores sociales que ciertas corrientes políticas ven
como irreconciliables. Es sustancialmente una corriente que cree posible una conciliación social.
La idea original, era prescindente del Estado, pero, justamente logra su dinamismo cuando cuenta con su apoyo. Poco tiempo después de asumir la presidencia el Gral Gestido aprueba un decreto (1) por el cual se designó la «Comisión Honoraria pro Erradicación de la Vivienda Rural Insalubre» encabezada por el Dr. Gallinal Heber. Ello es producto de una amistad personal entre ambos personajes que habían compartido ocho años antes, la comisión nacional encargada de solucionar la problemática de vivienda de los damnificados por las inundaciones de abril de 31959. Es en ese momento que se pasa legalmente del movimiento a la comisión. Hacia fines del mismo año, cuando ya había desaparecido el titular del Poder Ejecutivo sustituido por Jorge Pacheco Areco, al interior de una ley presupuestal (2) se crea el Fondo para Erradicación de la Vivienda Rural Insalubre, administrado por la Comisión Honoraria, la cual será persona pública.
Se reafirma la existencia de la Comisión, atribuyéndole el cometido de «la construcción de viviendas higiénicas que sustituyan las habitaciones insalubres existentes en el medio rural y aledaños de las poblaciones urbanas del interior, que no estén comprendidas en la zona suburbana y urbana de la zona. En estas últimas, podrán actuar en acuerdo con INVE. Promoverá asimismo, el efectivo cumplimiento por los patronos rurales, de las obligaciones establecidas en la ley No. 10.809, de 16 de octubre de 1946, en materia de vivienda del trabajador rural, prestando a ese fin su asesoramiento y suministrando planes y métodos de construcción». La comisión debería elaborar anualmente un plan de obras e inversiones que sería elevado a la consideración del Poder Ejecutivo; establecería las prioridades, formas y condiciones para el arriendo o venta de las viviendas; podría solicitar al P.E. la transferencia de propiedades de utilidad pública; podría adquirir o enajenar toda clase de bienes, solicitar asesoría a cualquier dependencia oficial que incluso podría transferir funcionarios en comisión. La Comisión estaría exonerada de toda clase de tributos de carácter nacional, comprendiendo los aduanales y postales. Algo similar ocurriría con los tributos que deberían pagar los beneficiarios de las fincas incluyendo los impuestos nacionales por el período de 10 años. Durante 10 años a partir de la adjudicación de la vivienda en propiedad, no podrá ser enajenada o gravada ni empleada con otro fin que el de habitación propia.
Indudablemente, Mevir logra un tratamiento notablemente favorable para la realización de su labor; las dificultades se derivarían de la percepción real de las fuentes de financiación del Fondo. Esto y los problemas lógicos del comienzo hicieron que el primer núcleo de población se concretase en 1971 en la localidad de Rodó, Soriano, a pesar de que la primera construcción fue en Cerro Colorado, la más cercana a la estancia de Gallinal.
Mevir siempre ha contado -las declaraciones de sus responsables lo ratifican- con el apoyo de todos los gobiernos, incluido el dictatorial que no interfirió su trabajo autónomo, aunque atribuyen al primer gobierno democrático (1985-90) la apertura del mayor volumen de recursos. En 1975 (3), el ministro de Economía y Finanzas de la época, el Ing. Vegh Villegas -período dictatorial- había promovido la derogación de dos impuestos aduciendo dificultades de percepción: el 2%o de compraventa y permuta de bienes inmuebles y el 10%o relacionado con los remates por infracciones aduaneras. En su lugar se estableció la contribución de partidas anuales con carácter de subsidio a cargo de la Tesorería General de la Nación. Corresponde remarcar que más allá de los fundamentos de filosofía económica neoliberal sostenidos por los sucesivos gobiernos, en el caso de Mevir no se ha manifestado aversión por el empleo del término «subsidio» y su ejecución.
Ya en el período democrático, la Ley 15.809 de abril de 1986, le asignó a Mevir el Adicional del 2 por mil del Impuesto a la Enajenación de Productos Agropecuarios: lanas, cueros ovinos y bovinos, ganado bovino y ovino destinado a exportación, cereales y oleaginosos. Hacia fines de ese año se le otorga la recaudación del Impuesto a predios de más de 500 hectáreas percibido 4 por el Banco de Previsión Social (4). Los aportes aprobados en ese año significaron un fuerte impulso al programa.
Antes de 1990 quien aportaba al Fondo era el Banco Hipotecario, pero en el año mencionado, el presidente del Banco Central dispuso un reajuste en razón de la insolvencia financiera de aquel banco, quedando los aportes en primera instancia en manos del Ministerio de Economía y Finanzas, pasando luego a la órbita del Fondo Nacional de Vivienda y, particularmente al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente. Cuando se produjo la crisis del Banco, Mevir tenía en proceso de construcción 2.600 viviendas, repartida en más de 35 núcleos.
Curiosamente,las mayores dificultades de obstrucción de recursos se han presentado recientemente cuando el titular del MVOTMA, congeló el flujo entre los meses de agosto de 1995 y marzo de 1996, poniendo en tela de juicio la continuidad de los trabajos. Finalmente la partida se rehabilitó pero luego de la firma de un Convenio que obligó a la Comisión Honoraria a aceptar la conformidad del solo pago del 80% del fragmento de las obras a finalizar. El acuerdo, aceptado por la Comisión en un momento de asfixia económica, significó la pérdida de doce millones de dólares que, seguramente, el titular de la cartera volcará a sus propios planes de vivienda. La contradicción parece manifiesta cuando Mevir inaugura viviendas en un área tambera y poco tiempo después el ministro concede una importante partida para que la Cooperativa Nacional de Productores de Leche encare el mejoramiento de la vivienda de productores lecheros.
Normalmente los recursos sufren un receso cuando se produce un cambio en el gobierno nacional y fluyen normalmente, cuando los gobiernos respectivos, al aproximarse las elecciones, pueden participar reiteradamente en las inauguraciones. El período del Dr. Lacalle, el que dio lugar a un mayor número de poblados, es claramente sintomático acerca de lo que se afirma. En cuanto a la contribución inmobiliaria, Mevir ha logrado también la exoneración de las intendencias municipales. Ha recibido por otra parte, donaciones de fundaciones nacionales y de Instituciones internacionales. En la misma publicación referida a sus 25 años, Mevir establecía los componentes relativos del Fondo: MVOTMA 67%, Impuestos 22%, Cobranza de cuotas 6%, Partidas de la Tesorería General de la Nación 3% y Otros ingresos 2% (5).
El proceso de la construcción
Generalmente, la movilización comienza con la iniciativa de un conjunto de personas influyentes en el medio local que realizan gestiones ante Mevir para sensibilizarla respecto a la necesidad de promover un asentamiento en la localidad. Mevir constituye a los vecinos de confianza en comisión local, pasando desde entonces a constituirse en «los ojos y oídos», los representantes del movimiento en el lugar. Se trata de productores rurales, comerciantes, profesionales, párrocos, comisarios y jueces de paz, entre otros, normalmente conocidos por los vecinos del lugar. Téngase presente que muchas veces el estanciero o empresario está tendiendo a solucionar el asentamiento de sus propios trabajadores y conserva en todo momento -en las inauguraciones de poblados se hace evidente- una actitud claramente paternalista. .
Posteriormente, la Comisión Nacional se dirigirá a los interesados a través de la radio local, convocándolos a una reunión en la que se puntualizarán los objetivos y las fases de realización 5del trabajo. Normalmente, los vecinos, antes de comprometerse con el programa, consultarán a la población más próxima que ya ha participado en la experiencia. Por ello es siempre más fácil la concreción del segundo núcleo del lugar. En la conformación del grupo, cumple un rol relevante la asistencia social que debe recoger antecedentes de los núcleos familiares.
La selección de los futuros vecinos concede prioridad a las familias compuestas por trabajadores rurales, de numerosos integrantes, atendiendo a su menor ingreso. Sin embargo, tiene que haber por medio un trabajo estable y plantearse la permanencia en el lugar. Esta premisa ha impulsado a los técnicos a evitar los asentamientos fronterizos, tan permeables a movimientos migratorios de corta duración. Posteriormente se encuentran los trabajadores de la localidad entre los cuales pueden haber: empleados de la actividad privada o pública, policías, etc. En un tercer plano pueden estar los aspirantes provenientes de lugares cercanos. La propia vivienda de Mevir puede ser un enlace para su acercamiento. Justo es decir que, hasta el momento, no se han constatado decisiones de discriminación política respecto a los aspirantes y que los funcionarios profesionales dejan de lado las tarjetas de recomendación que se les hace llegar. Aprobado el núcleo, se constituye la Comisión de Participantes, la que más adelante va a administrar las áreas comunes.
El personal de Mevir, algo más de 70 personas, está conformado por funcionarios y técnicos entre los que se destacan notoriamente los arquitectos y las asistentes sociales. Son éstas las que desarrollarán la tarea fundamental de concentración, organización y concientización de los futuros pobladores; las que deberán promover su asociación solidaria. Por supuesto, también deberán lograr, de ser posible, un entusiasta cumplimiento de la reglamentación de la construcción por ayuda mutua. Cada familia deberá aportar 96 horas de trabajo semanal que son controlados quincenalmente, significando un atraso, la duplicación de la deuda en horas y la renuncia al proyecto no tendrá una compensación del trabajo realizado. No son pocas las asambleas previas a la construcción, reuniones en las que las asistentes sociales procuran distanciar a la comisión local a efectos de desarrollar la libre iniciativa de los vecinos.
La construcción es la fase en que Mevir demuestra toda su capacidad de gestión. Antes que nada en la obtención de tierras donadas o adquiridas a precios económicos. Esa tarea plantea en el país la común ausencia de regularización de títulos. En primer lugar, se busca el apoyo desinteresado de algún productor rural que deberá facilitar el acceso a, por lo menos 5 hectáreas que constituyen la superficie mínima para el lanzamiento del proyecto. Es a partir de 1972 que se comienza a perfeccionar la compra de materiales, la organización de la construcción y la selección de recursos humanos. La adquisición de materiales se economiza a través de la exoneración de impuestos así como por la facultad de compra directa y en grandes proporciones. Entrevistados con opiniones disímiles han coincidido en afirmar que se trata de una estructura «aceitada», entre otros, por los ajustes autocríticos hechos con el paso del tiempo.
Las primeras construcciones tenían defectos de aislamiento térmico, de aereación y de humedad. Esto cambia completamente con el transcurrir del tiempo. Las primeras eran más económicas, construidas con bloques y/o medio ladrillo (12 cm de ancho) lo que daba lugar a problemas de humedad de condensación. Lo mejor en estos casos es: pared de medio ladrillo-cámara de aireaplacado (ladrillo exterior). Las construcciones recientes tienen: «muros de ladrillo de campo, techos de chapas de fibrocemento o hierro galvanizado y cielorrasos con capacidad de aislación térmica; aberturas exteriores de hierro e interiores de madera; instalación de agua y aparatos sanitarios de losa; revestimientos de azulejos localizados en mesada y cocina y aparatos de 6baño; instalación eléctrica exterior; pintura de cal en paramentos internos y cementicia en los externos; esmalte en puertas y ventanas»(5).
En cuanto a la construcción misma, es asesorada por un equipo técnico compuesto por un arquitecto director de obra así como por capataces y oficiales contratados con esa finalidad y por el tiempo de cada construcción. Ellos enseñan aspectos técnicos para el buen cumplimiento de la labor. No hay empresa constructora, quien controla la obra es el arquitecto director.
En esta etapa, la mujer tiene un rol que va mucho más lejos del habitual en nuestra sociedad. Ella es la principal interesada en la concreción de la vivienda porque habitualmente es la que siempre piensa en su familia, en tanto que el hombre, cumple con su jornada de trabajo, muchas veces en lugares alejados y se convierte en decisivo a la hora de los trabajos más duros en la construcción del núcleo. La vivienda puede levantarse en el terreno personal de un favorecido.
Las más de las veces, el proceso de construcción no es inferior a un año y medio. Se ha presentado la circunstancia de trabajo simultáneo en más de 30 obras. Al término de la construcción, las autoridades de Mevir proceden al sorteo de las viviendas a ser ocupadas por cada familia. El conjunto de Mevir comprende, en muchos casos, además de las viviendas, un salón comunal que constituye un centro de recreación y, en oportunidades, se ha empleado como centro de enseñanza; cuando es imprescindible en la localidad se pueden construir edificios para destinar a escuela, policlínica u otros edificios públicos. Los pobladores pueden instalar un comercio, siempre y cuando concluyan con el pago de la deuda contraída.
Cuando hay sistema de agua potable, Mevir realiza la conexión; en cuanto al saneamiento, hasta 1988 se cubrió en base a pozos negros reglamentarios; posteriormente, se procura instalar lagos de decantación. La red de energía eléctrica no incluye la iluminación callejera que queda en manos de la intendencia respectiva y cuando ésta no cumple, el problema es preocupante.
El costo de la vivienda guarda relación con el número de casas y los costos de transporte, estando entre 16.000 y 22.000 dólares aproximadamente. El costo es disminuido por la obtención poco costosa del terreno, la exención de impuestos, el subsidio, la adquisición masiva de materiales, la ayuda mutua, etc. La cuota mensual guarda relación con el pago del costo de la vivienda en un lapso de 20 años siempre y cuando el deudor no demande una cuota inferior al 15% del sueldo. En este caso, la amortización se extiende el número de años que sea necesario. El ajuste se atiene a la elevación anual del salario del peón rural. El número de deudores se sitúa entre el 20 y el 30%. Los lanzamientos han alcanzado a 20 en casi 30 años.
Los criterios de la localización
Como ya se ha expuesto, la política de localización fue una gran preocupación: motivo de cuestionamientos en todas las entrevistas efectuadas, indagada en cada fuente documental y analizada cartográficamente en cada período de gobierno. La conclusión general es que, hasta el momento, no se ha definido nunca un criterio general, lo cual no significa que en el futuro próximo no se apunte a esa posibilidad como se podrá apreciar cuando se trate de los estudios en proceso. La Comisión Honoraria ha dispuesto la localización de sus emprendimientos, en la primera etapa, a partir de las solicitudes elevadas por las comisiones locales, atendiendo principalmente a la capacidad de gestión de los promotores. Podríamos definirlo de manera gráfica diciendo que dependía de la capacidad de lobby de cada grupo interesado. Naturalmente, no es suficiente la mera gestión porque el convencimiento se gana también aportando soluciones para la concreción de la construcción. Un aspecto decisivo es la obtención del terreno. De ahí qusea
importante el compromiso de un gran propietario de tierras del lugar dispuesto a proporcionar 5 o más hectáreas de tierras. En una segunda fase, las opciones eran propuestas claramente por los técnicos del organismo. Cuando se estudia la lista de núcleos entregados hasta fines de noviembre de 1995 por departamento, la primera conclusión es que hay un reparto desparejo de los asentamientos. Los más numerosos se presentan en Florida (13), Paysandú (13), Salto (11) y Tacuarembó (10). En el primer caso, la primera referencia es la localización de la estancia de Gallinal Heber y los vínculos que su propia presencia podría originar en Casupá -con tres núcleos-, en Fray Marcos o Nico Pérez, además de las sucesivas construcciones en Cerro Colorado. Pero también hay un conjunto de implantaciones que tienen más relación con las explotaciones lecheras.
En Salto y Paysandú, el movimiento ha encontrado algunos de sus mejores promotores: productores rurales vinculados amistosamente con el Dr. Gallinal. De ahí que en esos departamentos se destaque el número de implantaciones propiamente rurales. Por supuesto, que no hay que olvidar que se trata de departamentos que, además de contar con la segunda y la tercera ciudad del país están entre los de mayor peso relativo de la capital. En Salto, los núcleos habitacionales han reforzado ciertos puntos alejados situados en medio de la despoblada y ganadera área basáltica. Algo similar sucede en Paysandú en que se ha atendido por una parte las estaciones de la línea férrea que se dirige hacia el este y por otra ha apuntado a la desolada ruta 26, en la que hoy se destaca el surgimiento de poblaciones, antes de Mevir inexistentes, como son Pueblo Gallinal o El Eucaliptu. Para la creación de la primera, la empresa Azucitrus aportó 52 hectáreas, con lo cual solucionó la sedentarización cercana de sus propios trabajadores. En el otro extremo, aparecen Flores con dos localidades beneficiadas y el menor número de viviendas construidas -199- aunque con tres implantaciones en Ismael Cortinas; Maldonado con dos y Canelones con tres. ¿Cómo puede afirmarse que la institución busca la extinción de la vivienda rural insalubre, cuando tiene tal número de asentamientos en una ciudad media que presentaba unos 12.000 habitantes en el censo de población y vivienda de 1985? Los responsables actuales del Fondo realizan una interpretación amplia de lo rural sosteniendo que: a) son rurales por extensión todos los individuos que trabajen en relación con el medio rural (policías, empleados públicos o privados, etc.); b) es positivo para el país lograr la concentración de pobladores en centros urbanos; c) se trata de una tendencia mundial de la que el país no podrá mantenerse la margen; d) los beneficiarios tienen particular interés de gozar de las ventajas que proporciona una población agrupada en materia de servicios, en el desarrollo de la vida soc
En contradicción con ese fundamento están quienes llaman la atención acerca del apartamiento del objetivo de trabajo asignado por el texto de la ley original. El Intendente de Paysandú planteó en la propia tribuna de la inauguración de Guarapirú, la necesidad de apoyar a las pequeñas poblacionesa efectos de que retengan la migración campo-ciudad. En algunos casos, la desatención de la calidad de vida del trabajador rural, asentándose en centros poblados 8importantes facilita la inclusión en el programa de trabajadores que nada tienen que ver con el campo y que convierten a Mevir en un realizador de vivienda sustitutivo de una necesaria gestión de los organismos omisos del gobierno nacional.
El acercamiento a los centros poblados plantea una mayor dificultad en la obtención del terreno. En la trama urbana o suburbana los espacios no son continuos y sufren de carencias de documentación. Cuando se alejan se tropieza con la dificultad del alejamiento de los servicios públicos y, si de todas formas se instala, creará, se lo proponga o nó, una prolongación de la localidad con surgimiento de nuevas incomodidades. 15 localidades de entre 3.000 y 56.500 (Rivera) habitantes participaron de la experiencia, mientras otras 20 se encuentran entre 1.500 y 3000 habitantes, restando entonces 92 claramente rurales. Es evidente que la diferencia entre lo rural y lo urbano no puede atenerse exclusivamente a una franja de número de habitantes sino que guarda relación también con sus actividades, con la ocupación de sus habitantes, con el acceso a servicios ineludibles en un marco urbano que tampoco se restringen al agua potable y el alumbrado.
Importa transmitir algunas experiencias, en Cerro de Vera, Salto, inauguraron con luz, saneamiento y teléfono, en un lugar en que había una marcada carencia de servicios. Los productores rurales de la zona siempre donan animales para el gran festejo de la entrega de las viviendas. La excepción la constituyó Cuaró, Artigas, donde pese al entusiasmo por la construcción de parte de los pobladores, para la obtención del terreno se debió recurrir a la donación de un predio por parte de una Fundación ya que los productores rurales rechazaban la construcción, entre otros motivos, porque entendían que el plano de Mevir culminaba con casas lujosas en las que había un innecesario baño interior. Cada lugar presenta peculiaridades que lo distinguen que provienen de su historia, de la procedencia de los pobladores, de su cultura, del lugar que ocupan en las relaciones de producción.
Mevir institución paraestatal
Una de las grandes metas del estudio era intentar rescatar los aspectos sobresalientes de la experiencia que explicaran su relativo éxito. Seguramente, la suerte alcanzada deriva no sólo de los grandes apoyos obtenidos. El propio Arq. Mieres Muró reconocía en la extensa entrevista cumplida -ante una pregunta expresa- que Mevir había recibido un respaldo privilegiado dentro del panorama nacional. Ante esa observación replicó que es privilegiada porque se sabe que se desarrolla un trabajo apolítico; existe credibilidad porque todos los programas se finalizan, no hay casas cuya construcción haya sido abandonada.
Mevir es a un mismo tiempo privada y pública, por lo cual, debe calificársele como paraestatal.
Como empresa privada inscribe sus trabajadores en el área de Industria y Comercio del BPS, adquiere todos los implementos necesarios directamente, sin atravesar la instancia de la
licitación. Nombra sus propios empleados sin estar sujeto a ingresos dispuestos por autoridades gubernamentales aunque existen elementos para suponer que en el período 1990-95 la ventaja tuvo excepciones que no fueron admitidas por el presidente de la Comisión Honoraria. Este se precia de nunca haber debido enfrentar un conflicto sindical en los casi 29 años de vida; de tener una buena relación con un plantel de funcionarios que está compenetrado de la utilidad social de su labor. De acuerdo con la versión de la dirección, los empleados son elegidos de un grupo de aspirantes
Conclusiones: las luces y las sombras
Se puede aceptar el carácter polémico del tema, pero no el elogio desmedido por su trayectoria ni una esquemática crítica condenatoria. Parece oportuno rescatar para otras circunstancias, un mecanismo de acción privada sin fines de lucro, paraestatal, con fondos y controles públicos, aún admitiendo que su actuación dependerá de la cuota de solidaridad social que presentan los objetivos y la gestión de quienes la dirijan y
de las posibilidades que en, definitiva, le brinde el Estado en general, a través de su expresión coyuntural directa: el gobierno que lo representa. Evidentemente, el manejo de las fuentes del Fondo con el cual la institución se administra permite acompasar desde el exterior el ritmo de ejecución de las obras; obsérvese el número importante de inauguraciones que se indujeron en el último tramo del gobierno del Dr. Lacalle y, como ejemplo opuesto, las trabas ya descriptas que ha originado su correligionario y actual ministro de Vivienda.
Mevir presenta un proceso de construcción ejemplar en cuanto al cumplimiento de las diversas etapas propuestas, las que ha ido perfeccionando en sus más mínimos detalles a través de su experiencia y que hoy, justo es admitirlo configuran un modelo. Lo más difícil de aceptar en la metodología de Mevir es la proyección paternalista de las relaciones de producción habituales de un establecimiento ganadero, a la práctica de decisión y ejecución del proyecto. El propio movimiento lo ha expresado con una nitidez que obliga a una cita prolongada. «Como elemento positivo se puede destacar que MEVIR interpreta y responde a una necesidad real de las familias atendidas, pero en la relación de trabajo hay reglas preestablecidas, siendo difícil que el usuario resuelva y decida por sí mismo diferentes aspectos relacionados a su problema. MEVIR asume el control y la toma de decisiones, respecto a: el proyecto, la administración de recursos y la forma de trabajo, llegando así a cierto paternalismo(subrayado nuestro).
La ayuda mutua aparece entonces como una condición para participar en estos programas y no como una adhesión conciente. Hay que tener en cuenta que en el medio rural tampoco existen experiencias previas que permitan otro tipo de planteamiento. En el trabajo de construcción el objetivo es la terminación del programa, aunque en ese tiempo no se haya llegado a un proceso de promoción grupal, la meta es la construcción de las viviendas y no la organización y transformación del grupo.
Es muy preocupante el rol de «ojos y oídos del rey» que cumplen luego de la construcción e indefinidamente los integrantes de la comisión local, lo que significa para los moradores consciente o subconscientemente, una tutoría que no puede dar lugar a una libre iniciativa propia.
¿Cumple Mevir con el objetivo legal de erradicación de la vivienda insalubre rural? Diríamos que sí parcialmente ya que los destinatarios son también los trabajadores asentados en áreas suburbanas que en algunos casos nada tienen que ver con el medio rural. La interpretación conceptual de lo rural manejada por las actuales autoridades peca por exceso de amplitud, sin embargo, no es un aspecto de menor importancia, la búsqueda de la concentración de los trabajadores rurales en centros poblados porque, además de entrar en contacto con un conjunto de servicios y mejoras a su condiciones de vida, indudablemente, tanbién podrá acceder, como no ocurre habitualmente viviendo en medio de un establecimiento rural, al conocimiento directo de planteos de avanzada relacionadas con la superación de relaciones de producción injustas, aunque, justo es decirlo, el cambio en ese aspecto no ha sido captado por la investigación Se percibió en los directores una preocupación por los cambios en la futura distribución de la
población en el Uruguay a la luz de una serie de variables que se están transformando: la disminución de ciertas fuentes y puntos de trabajo y la concentración de la inversión en actividades como la turística y la explotación forestal, por referirse a las más llamativas. Esa inquietud se desprende de los resultados que les está brindando una encuesta socioeconómica por departamento que determina las necesidades de vivienda enlazadas a las variaciones en los centros de empleo y, como consecuencia, a la movilidad de la población. Llama la atención que sea Mevir quien se sienta responsable de las consecuencias nacionales de esos movimientos.
NOTAS
1) Decreto 310/967 de 17.5.67.
2) Ley 13.640 de 26.12.67.
3) Ley 14.416 de 28.8.75
4) «MEVIR, 25 Años de Historia», Publicación de la Comisión Honoraria Pro-Erradicación de la
Vivienda Rural Insalubre, 1992.
5) Ibidem.
6) «MEVIR…ob. cit., página 18.
7) MEVIR 1968-83, Publicación efectuada en la última fecha, pág. 13
* Docentes del Departamento de Geografía, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay
** Estudiantes del curso de Geografía de la Población, Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Uruguay
Los autores agradecen la colaboración de las Profesoras Diva Ruiz y Lilián Soria